Obra

Circular

Leyenda

2011
Instalación en sitio especifico, autobús desactivado y diversos materiales de construcción Dimensiones variables

Artista

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Texto

La escultura Circular de Matheus Rocha se inscribe en el contexto cotidiano de la Favela de Maré en Rio de Janeiro. Comisionado por la agencia de arte contemporáneo Traverssias para realizar una serie de proyectos inaugurales, la institución le pide a los artistas que consideren la favela como sitio de acción y exposición con el fin de aminorar la distancia entre el arte contemporáneo y la comunidad económicamente desfavorecida del vecindario.

A un lado de la carretera se estaciona un autobús abandonado. Adentro, el artista crea una serie  de esculturas; arma, amontona, mezcla y vierte materiales de construcción como ladrillos, grava, tejas de barro y bloques de cemento sobre los asientos del autobús. Esta configuración de volúmenes misteriosa y quieta alude a la presencia de toda persona, lo cual puede compararse con el yeso en la obra del estadunidense George Segal, quien emplearía el término “espacio pedestre” para describir el opacamiento de la vida real y la escultura.

Improvisado, brusco y barato, el material escogido por Rocha Pitta habla del paisaje arquitectural de la Favela de Maré. En términos formales, esta elección de material hace referencia a la historia del llamado arte povera. En este movimiento de finales del siglo veinte, artistas como Kounellis, Penone, Pistoletto y Zioiro fueron considerados revolucionarios al usar materiales de la vida diaria para hablar de sus preocupaciones políticas, sociales y culturales del periodo de postguerra en Europa. Como heredero de este linaje, Rocha Pitta sigue creando una relación audaz y directa entre el espectador, la obra y el autor mediante el uso de materiales cotidianos en su práctica. Esta opción artística es especialmente conmovedora en el contexto de Rio de Janeiro, ya que reacciona claramente al intenso incremento de riqueza material en la ciudad durante la última década.

De igual forma, lo que viene a la mente es la obra del teórico y director de teatro polaco Jerzy Growtoski, el inventor del concepto del Teatro Pobre. Este tipo de teatro se mostraba reaccionario ante las formas de producción dramáticas que competían directamente con el cine. Sobre ello, Grotowski afirma: “si el Escenario no puede ser más rico que el cine, que sea pobre entonces.” Despreciaba la escenografía elaborada, las luces y efectos de sonido, optando en su defecto por investigar formas modernas de actuación que crearan una relación más sincera entre los sujetos en escena y la audiencia. Asimismo, la postura de Rocha Pitta va en contra de las formas de cultura popular altamente producidas, tales como el Carnaval brasileño, que si bien en un principio involucró a los sectores más vulnerables de la sociedad, en la actualidad se ha convertido en un conglomerado monumental de producción corporativa.

La primera obra de teatro de Growtoski, Las Sillas (1952) fue escrita por Eugene Ionesco y trata sobre una pareja de edad avanzada en un sitio y tiempo pos-apocalípticos. Los protagonistas acomodan continuamente una serie de sillas para un evento con invitados invisibles. Cuando un emperador llega como uno de los ‘invitados,’ el anciano se convierte en orador y recita un discurso sobre la vida secreta. La audiencia del teatro es testigo de la ausencia de público en escena, lo que genera una energía tensa. Del mismo modo, Circular afronta las barreras culturales que se dan en el vacío y frente al misterio, la vergüenza, la frustración y la ira.

Es posible que el posicionamiento de la obra busque reflejar las actitudes históricas monásticas frente a la pobreza durante el primer renacimiento, las cuales se asocian comúnmente a San Francisco de Asis. En lugar de deshacerse del orgullo propio para escuchar la voz de Dios, el artista estaría intentando encontrar canales para proyectar su trabajo hacia la percepción de quienes viven en el lado negativo de la ecuación para el éxito material y la seguridad económica.